EXTRAÑO MAR
Se acabó la alegría,
ya tus labios no sonríen,
y estoy navegando a solas
en un mar
que no conozco.
Tú,
te echarás a mi lado,
ausente,
y ya no será tu cuerpo
la prolongación
de mi cuerpo.
No hablaré a nadie
de mi fe muerta,
lo prometo;
sólo quiero
guardar para mí
esta tristeza.
INGRID ZETTERBERG